Mamá, Papá, los Gritos No funcionan, no le grites a tus hijos

Mamá, Papá, los Gritos No funcionan, no le grites a tus hijos.

Cuando se trata de que los niños o adolescentes obedezcan mandatos de sus padres, el papá o la mamá con frecuencia recurre a usar sus armas de palabras.  Comienzan a decir sus órdenes y muchas veces saben que su hijo no va a obedecer todavía. 

Este juego verbal puede desarrollarse a diario y varias veces en un hogar.  La mamá da la orden, el hijo sabe que aún puede seguir haciendo lo que quiere mientras su mamá esté tranquila, cuando ya ve que se va enojando mucho empieza a pensar que debe obedecer, y si finalmente grita, allí es cuando obedece.

Por unos 4 años viví en una casa arrendada ubicada al lado de  la autopista.  Mi habitación era la más cercana a la autopista, pueden imaginar el ruido que se escuchaba en mi habitación cada noche, era casi insoportable. Pero pasados los primeros meses, ya no escuchaba el ruido de los camiones de carga ni de los autos.  De la misma manera ocurre con los niños, se habitúan tanto a los gritos de su madre que simplemente no los escuchan. 

Los gritos no funcionan.  Los chicos se programan mentalmente para ponerse tapones imaginarios cuando papá o mamá empiezan a gritar o a discutir interminablemente con ellos.  Es mejor explicarles la orden y las consecuencias que tendrán de no cumplirla, ser paciente, firme y callado.

En mi caso, leyendo libros de disciplina, especialmente los del Dr. Dobson, y los de Townsend, aprendí que vale más establecer consecuencias con el niño si no cumple las órdenes y cerrar uno mismo la boca.  Me ha funcionado éste método.  Actualmente tengo 2 adolescentes en casa y desde hace ya varios años saben que cumpliré con las consecuencias si ellas no cumplen las órdenes.  Al principio no fue tan sencillo.  Tuve que ser firme en dejar que llegaran las consecuencias y no rescatarlas de sus apuros o desobediencias. 

Aún hoy me ponen a prueba y hay que mantener la guardia pero ya hasta les pregunto a ellas mismas cuál es la consecuencia que tendrán. El éxito está en dejar que ellos tomen el control de sus emociones y responsabilidades pesando en una balanza qué es peor si obedecer o tener malas consecuencias. 

Por Mery Bracho

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